13 maig 2016
Condecorar guàrdies civils
Avui voldria aportar per a tots aquells que no el coneguin aquest text que acabo de llegir en el Facebook del bisbe de Tànger, Monsenyor Santiago Agrelo Martínez.
Ja n’he parlat alguna altra vegada d’aquest bisbe, que parla clar i evangèlicament. Considero que és un testimoni valuós que cal escoltar entre tanta grisor, foscor i entre tants silencis vergonyants com abunden en l’episcopat espanyol. Podreu trobar també el text en aquest enllaç
https://www.facebook.com/agrelomartinez?fref=nf
Cadena 13 TV. Programa: “El Cascabel”. Día 12 de mayo.
La noticia es: «El Ministerio del Interior ha decidido condecorar a los ocho guardias civiles que la semana pasada fueron absueltos definitivamente de la acusación de haber maltratado a un migrante en la valla de Melilla, según ha anunciado el titular del Departamento en funciones, Jorge Fernández Díaz. »
Los comentarios en la tertulia: Los guardias civiles, unos héroes, a los que sólo podemos estar agradecidos por el servicio que prestan. Los emigrantes, unos delincuentes, agresivos, que no tienen derecho alguno a acercarse a nuestras fronteras.
Me repugna que se apalee a nadie. Me asombra y me sobrecoge que un Ministro del Gobierno de España condecore a quienes golpean –con razón o sin ella- a personas indefensas. Me indigna que en la televisión de la Conferencia Episcopal Española se exalte a quienes apalean a emigrantes, y se dé a entender que los apaleados son agresores violentos, números sin derechos, como si todo lo que se les debe fuesen los golpes que se les dan. Me pregunto si es eso lo que piensan los obispos que pagan a quienes eso dicen.
A esos emigrantes, acosados por el hambre, las enfermedades, las penalidades, las fuerzas del orden y hasta por los elementos de los que dispone el buen Dios, se les priva de derechos, se les trata como desechos, y se les criminaliza para que la sociedad los considere desechables. En 13 TV olvidan que esos hijos de nadie son los predilectos de Dios; olvidan que la Palabra de Dios se hizo carne, no para que hubiese obispos ni periodistas sobre la tierra, sino para que hubiese buenas noticias para los pobres.
Si en una televisión se exalta la violencia contra los emigrantes, se desprecia a los sin papeles como si en esa condición dejasen de tener derechos y necesidades personales, se pisotea el evangelio, yo jamás pensaría que esa televisión pueda ser de la Iglesia.
¡Si los es, es un escándalo!
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