19 oct. 2011
Llamamiento a la desobediencia:una iniciativa de 300 párrocos austriacos
Font: Iglesia Viva, nº 247
El rechazo de Roma a una reforma de la Iglesia, esperada desde hace mucho
tiempo, y la inactividad de nuestros obispos, no sólo no nos permiten sino que nos
obligan a seguir a nuestra conciencia y actuar de forma independiente.
Nosotros, sacerdotes, queremos establecer, en el futuro, los signos siguientes:
1. Rezaremos, en el futuro, en todas las misas, una oración por la reforma de
la Iglesia. Tomaremos en serio la palabra de la Biblia: pedid y recibiréis. Ante Dios,
existe la libertad de expresión.
2. No rechazaremos, en principio, la Eucaristía a los fieles de buena voluntad.
Esto se aplica especialmente a los divorciados con segundo matrimonio, a los
miembros de otras iglesias cristianas y, en algunos casos, también a los católicos
que han abandonado la Iglesia.
3. Evitaremos celebrar, en la medida de lo posible, los domingos y días de
fiesta, más de una Misa, o de encargarla a sacerdotes de paso o no residentes. Es
mejor una liturgia de la Palabra organizada localmente que las tournées litúrgicas.
4. En el futuro, consideraremos celebrar una liturgia de la Palabra con distribución de la comunión como una «Eucaristía sin sacerdote», y así la llamaremos. De esta
forma, cumpliremos nuestra obligación dominical en tiempos de escasez de sacerdotes.
5. Rechazaremos también la prohibición de predicar establecida para laicos
competentes y cualificados y para profesoras de religión. Especialmente en tiempos difíciles, es necesario anunciar la palabra de Dios.
6. Nos comprometeremos a que cada parroquia tenga su propia cabeza
responsable: hombre o mujer, casado o soltero, a tiempo completo o parcial. Esto,
sin embargo, no se hará por medio de fusiones de parroquias, sino mediante un
nuevo modelo de sacerdote.
7. Por eso, vamos a aprovechar todas las oportunidades para manifestarnos
públicamente a favor de la ordenación de mujeres y de personas casadas.